Diego Rivera, junto con David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, lideraron el movimiento muralista mexicano. Los murales públicos inspiraron y educaron a gran escala, comprometiéndose con cuestiones sociales y políticas, muchas veces uniendo a las personas en un llamado a la acción. Basándose en una tradición mural que data de la época prehispánica, estas comisiones públicas se convirtieron en una prominente plataforma diseñada para reflejar la formación de una identidad nacional a partir de la Revolución Mexicana.
Kahlo y Rivera estaban profundamente comprometidos políticamente, uniéndose al Partido Comunista mexicano en la década de 1920 para defender los derechos de los trabajadores y el movimiento obrero en un país en rápida industrialización.
El gobierno recién establecido comisionó a los artistas para crear murales en toda la Ciudad de México. Los muralistas abordaron historias heroicas y trágicas en obras vibrantes y monumentales que tenían la intención de infundir optimismo y orgullo. Estos artistas fueron considerados trabajadores intelectuales que visibilizaban los ideales revolucionarios y nacionalistas.
Artista desconocido
Frida y Diego durante una protesta antifascista en la Ciudad de México, 1936
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
Lucienne Bloch
Suiza, 1909–1999
Frida y Diego en la New Workers School, Nueva York, 1933
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
Después de su despido de la comisión del Rockefeller Center, Rivera usó el pago que recibió para completar un ciclo de murales llamado Retrato de América para la New Workers School en la ciudad de Nueva York.
Juan Guzmán
Mexicano, nacido en Alemania, 1911–1982
Frida y Diego frente al mural Pesadilla guerra, sueño de paz, Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México, 1952
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
Del original de Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Autorretrato, 1933
Aguatinta
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
La popularidad de los murales de Diego Rivera inspiró a las editoriales a distribuir reproducciones de su trabajo en alta calidad, las cuales apelaron al público general y ayudaron a difundir los ideales de la Revolución mexicana a una audiencia más amplia. Las seis imágenes que aquí se aprecian fueron producidas usando aguatinta, un proceso de grabado que permitió al pintor recrear los colores y texturas de las obras originales. Estas reproducciones documentan cómo el trabajo del artista circulaba en el mercado.
Del original de Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Una división de las tierras (detalle), 1933
Aguatinta
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Del original de Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Emiliano Zapata, el líder agrario, 1933
Aguatinta
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Del original de Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Cabeza del indio asesinado, 1933
Aguatinta
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Del original de Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Trabajadores de caña, 1933
Aguatinta
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Del original de Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Mercado (detalle), 1933
Aguatinta
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Del original de Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Mientras los pobres duermen, 1933
Aguatinta
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Del original de Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Feria callejera (detalle), 1933
Aguatinta
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
José Clemente Orozco
Mexicano, 1883–1949
Tres generaciones (La familia), 1929
Litografía
Compra del Museo de Arte de Portland: Fondos proporcionados por el Portland Fine Print Fair Fund, 2021.8.1
En 1923 Orozco fue invitado a pintar una serie de murales en la Escuela Nacional Preparatoria, el bachillerato líder en la Ciudad de México, junto con varios otros pintores, incluidos Rivera y Siqueiros. Orozco abandonó el proyecto después de que varias de las obras fueran dañadas por manifestantes. Regresó en 1926, revisando algunos de los murales y completando nuevas obras. Más tarde trasladó algunas de sus imágenes a grabados.
José Clemente Orozco
Mexicano, 1883–1949
Los sintrabajo, 1932
Litografía
Museo de Arte de Portland, Colección de Artes Gráficas Vivian y Gordon Gilkey, 84.25.397
José Clemente Orozco
Mexicano, 1883–1949
La Revolución, 1929
Litografía
Compra del Museo de Arte de Portland: Helen Thurston Ayer Fund, 46.44
José Clemente Orozco
Mexicano, 1883–1949
Marcha de mujeres, 1929
Litografía
Compra del Museo de Arte de Portland: Helen Thurston Ayer Fund, 46.45
Las mujeres conocidas como soldaderas lucharon en la Revolución Mexicana. También apoyaron a soldados varones en el campo como cocineras, costureras, lavanderas y parejas sexuales, entre otros roles. Este grabado muestra un detalle de uno de los murales que Orozco pintó en la Escuela Nacional Preparatoria.
José Clemente Orozco
Mexicano, 1883–1949
Zapatistas (Generales), 1935
Litografía
Museo de Arte de Portland, Colección de Artes Gráficas Vivian y Gordon Gilkey, 80.122.501
Durante la Revolución Mexicana, las fuerzas zapatistas se aliaron con Emiliano Zapata, el líder agrario y general militar del sureño estado de Morelos. Zapata formó el Ejército Libertador del Sur y luchó numerosas batallas contra los ejércitos federales hasta su asesinato en 1919.
José Clemente Orozco
Mexicano, 1883–1949
La retaguardia, 1929
Litografía
Compra del Museo de Arte de Portland: Helen Thurston Ayer Fund, 46.46
José Clemente Orozco
Mexicano, 1883–1949
Pedregales (Piedras), 1935
Litografía
Compra del Museo de Arte de Portland: Marion McGill Lawrence Fund, 92.194.52
Fotógrafo de Acme News
Diego y Frida en Nueva York tras la destrucción del mural de Rivera El hombre en el cruce de caminos, 1933
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
En 1932 Rivera firmó un contrato para pintar un mural en el edificio RCA del Rockefeller Center en la ciudad de Nueva York. Comenzó a trabajar en la pieza, El hombre en el cruce de caminos en abril de 1933. A las pocas semanas estalló un furor por los temas procomunistas del mural, en particular por la inclusión de un retrato de Lenin. Nelson Rockefeller, quien encargó la obra, insistió en que Rivera retirara el retrato. Rivera se negó y fue despedido. El mural fue destruido al año siguiente. Escribiendo a la prensa mexicana, Rivera denunció a los Rockefeller por cometer un acto de “vandalismo cultural”.
Artista desconocido
Diego observando a Frida pintar Autorretrato en la frontera, Detroit, 1932
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
Esta fotografía muestra a Kahlo trabajando en una de sus pinturas más complejas, Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos (1932; Museo de Arte de Filadelfia). El lienzo enmarca la relación entre tradición y modernidad como una confrontación entre la cultura indígena de México y la cultura industrial de los Estados Unidos.
Florence Arquin
Estadounidense, 1900–1974
Frida Kahlo con corsé de yeso, hacia 1950
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
Arquin fotografió a Kahlo recuperándose de un procedimiento médico que requería que usara un grueso yeso. Kahlo acostumbraba decorar estos corsés, cubriendo este con emblemas comunistas en el pecho y una imagen de un feto en el estómago.
[Descripción del arte: Un retrato sobre gelatina de plata de Frida Kahlo sentada en posición vertical en una silla de metal. Frida está mirando directamente a la cámara con los labios fruncidos y los ojos entrecerrados. El lado izquierdo de su rostro está en la sombra, al igual que la parte inferior derecha de su regazo. Su cabello está recogido con fuerza, con una parte al centro y un gran listón en la cabeza. Lleva pendientes de cuentas, una falda plisada oscura y una camisa de manga corta a rayas hasta los hombros, exponiendo un corsé de yeso que cubre su pecho y torso. El corpiño de yeso tiene el símbolo de la hoz y el martillo pintado en el centro superior, un icono del sol a la izquierda de la cámara y abajo una estrella. Debajo se encuentra un feto acurrucado rodeado de un cordón umbilical entrelazado. Sus manos se sientan en su regazo y su brazo izquierdo está adornado con dos pulseras de metal y un anillo en cada dedo. Está sentada frente a una pared blanca lisa, y además de ella se observan una silla y una mesa de madera.]
Frida Kahlo
Mexicana, 1907–1954
Sin título (Bomba atómica), hacia 1951
Carbón vegetal y técnicas mixtas sobre papel
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Frida Kahlo
Mexicana, 1907–1954
Estatua de la libertad, hacia 1949
Lápiz de color sobre papel
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Frida Kahlo
Mexicana, 1907–1954
Estatua de la libertad (Proletarios del mundo unidos), hacia 1945
Lápiz de colores sobre papel
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
En estos dibujos, Kahlo articuló su oposición a los acontecimientos políticos y militares en los Estados Unidos, llamando a los trabajadores a unirse contra la pérdida de la libertad y lo que ella consideraba un nuevo fascismo en ascenso. Los bocetos sobrevivientes, aunque nunca se realizaron como una pintura terminada, hablan del interés de Kahlo en el potencial de su trabajo para provocar un cambio político.
Frida Kahlo
Mexicana, 1907–1954
El sol se asoma por la ventana, 1932
Lápiz y lápiz de color sobre papel
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Kahlo dibujó esta vista desde un apartamento en Nueva York o Detroit mientras viajaba con Rivera por sus murales comisionados. Ella describió sentirse sola en los Estados Unidos y aislada de su familia y amigos en México. La industria estadounidense le fascinó, pero estaba profundamente preocupada por la indiferencia hacia los pobres y los oprimidos de la que fue testigo.
David Alfaro Siqueiros
Mexicano, 1896–1974
Siqueiros por Siqueiros, 1930
Óleo sobre lienzo
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Dedicado muralista y activista, Siqueiros dejó de pintar durante varios años para dedicarse a su trabajo como líder obrero. Se representa así mismo con los brazos en alto y cruzados contra su pecho en un gesto que sugiere su solidaridad con el proletariado más que con la élite cultural.