Las tradiciones del hogar y la familia conformaron el arte de Frida Kahlo y Diego Rivera, a pesar de su matrimonio poco convencional. Se separaron, se divorciaron y se volvieron a casar y no eran monógamos. Las escenas de la vida cotidiana comunicaban una profunda reverencia por las relaciones familiares extendidas y el papel del hogar como un lugar que proporciona sustento al mismo tiempo que nutre la comunidad y la identidad compartida. La vestimenta y el mobiliario tradicionales mostrados en entornos domésticos expresaban mexicanidad, una ideología que abrazaba las culturas indígenas y mestizas como cimientos de la identidad nacional. Kahlo mezcló su origen étnicamente diverso en una identidad marcada por la independencia desafiante, la liberación sexual y la libertad artística frente a las expectativas de los deberes como esposa y la maternidad.
Artista desconocido
Sin título (Diego y Frida), hacia 1930
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
En 1929, el matrimonio de Rivera y Kahlo parecía una pareja de opuestos. A los veintiún años, Kahlo apenas comenzaba su carrera artística y nunca había salido de México. En contraste, Rivera tenía cuarenta y dos años y había viajado mucho, se había casado dos veces y era padre varios hijos pequeños.
Guillermo Kahlo
Alemán, 1871–1941
Retrato familiar con Frida Kahlo cuando era niña, 1928
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
El padre de Frida Kahlo, Guillermo, era fotógrafo profesional. En este retrato familiar, su esposa, Matilde Calderón y González, está sentada al centro. A su izquierda está su hija mayor, también llamada Matilde, con su esposo, Francisco (Paco) Hernández; a su derecha está su hija Adriana, con su marido, Alberto Veraza. Frida está parada detrás de su madre, mientras que Cristina, la más joven, se sienta a sus pies. El joven puede ser Carlos Veraza, el hijo de un matrimonio anterior de Alberto.
Diego Rivera
Mexicano, 1886-1957
Modesta, 1937
Óleo sobre lienzo
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Rivera pintó varios retratos pequeños de niños. A menudo eran hijos de parientes y amigos cercanos o de su personal doméstico. Modesta era hijade Delfina Flores, quien trabajaba para Rivera. Lleva un vestido tradicional y se sienta en una silla de junco, un mueble típico en una casa mexicana en esta época.
Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
Girasoles, 1943
Óleo sobre lienzo
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
[Descripción del arte: Óleo de dos niños jugando con muñecas sobre el suelo, frente a una gran maceta de barro que contiene ocho girasoles. El niño a la izquierda viste una camisa blanca arenosa y pantalones capri de corte ancho del mismo color y descansa sus pies descalzos sobre el suelo. El niño es de piel canela, cabello negro y corto, ojos grandes y angulados, de nariz grande y los labios curvados hacia abajo. El niño sostiene una muñeca grande cuya pierna ha sido arrancada y yace sobre el suelo. La muñeca tiene la piel blanca, el cabello negro y tiene puesta una blusita púrpura. Una segunda muñeca está sentada contra la maceta de girasoles, lleva puesta una blusa púrpura, decorada con un círculo, pantalones cortos de color rosa y zapatos morados. A la derecha, un niño mayor que el anterior, también de piel canela y cabello negro y corto está sentado sobre sus rodillas, tiene puesta una camisa de vestir blanca y pantalones holgados color arena. El niño mira hacia abajo, sosteniendo una máscara blanca con cara pintada entre sus manos. Cerca de él, sobre el suelo, está tirada una máscara de gallo, amarilla con rojo. Los girasoles tienen su centro café y capas circulares de pétalos amarillos que terminan en punta. Unas grandes hojas verdosas rellenan el espacio entre los girasoles. Los tallos se curvan y las flores parecen arrullar a los niños.]
Diego Rivera
Mexicano, 1886–1957
El curandero, 1943
Gouache sobre papel
Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel
Este curandero tradicional está rodeado de los materiales de su oficio: cestas llenas de ingredientes medicinales, hierbas secas y otros productos. Muchas de las pinturas de Rivera de este período registran aspectos de la cultura que estaban desapareciendo rápidamente de la vida urbana.
Florence Arquin
Estadounidense, 1900–1974
Frida Kahlo en Coyoacán, México, 1940
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York
Bernice Kolko
Polaca, 1905–1970
Frida en el jardín, Coyoacán, 1953
Impresión sobre gelatina de plata
Throckmorton Fine Art, Nueva York