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Vida Espectacular

Los espacios públicos animados por el vibrante espectáculo de la vida cotidiana inspiraron el trabajo de muchos artistas modernistas mexicanos. La vida callejera en los pueblos y ciudades mexicanas, las reuniones en el zócalo, los vendedores y compradores que se mezclaban en el mercado, las compañías teatrales emergentes que divirtían a los transeúntes y las alegres procesiones de las fiestas, se convirtieron en temas para pinturas, fotografías y películas. Los ritos de paso y otras ceremonias típicas tienen un elemento de celebración pública; aunque las porciones se observan en un lugar sagrado o en el hogar, los eventos invariablemente se derraman en las calles y en el arte de la época.


Manuel Álvarez Bravo

Mexicano, 1902–2002

Obstáculos, 1929

Impresión en platino

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Lola Álvarez Bravo

Mexicana, 1903–1993

El rapto (Ciudad de México), hacia 1950   

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

Documentar festivales, carnavales, teatros y eventos locales permitió a los artistas celebrar la cultura popular, las historias culturales y revelar las disparidades sociales. Álvarez Bravo describió las actividades al aire libre como un elemento esencial de la cultura mexicana y como una forma de entender las múltiples realidades de la era posrevolucionaria.

[Descripción del arte: Esta fotografía en blanco y negro bien recortada muestra a tres niños en un carrusel. Al centro del cuadro, una joven se inclina bruscamente hacia la derecha sobre su caballo, agarrando el poste con los dedos extendiéndose hasta su cara. Su pierna izquierda cuelga por el costado del caballo, con los dedos de los pies tocando el suelo. Detrás de ella, se ven la cabeza y la parte superior del pecho de una segunda niña, mientras que un niño se ve en posición de tres cuartos del lado izquierdo. Los postes unidos a los caballos forman un fuerte patrón vertical, mientras que los caballos elaboradamente tallados con colas y melenas arremolinadas se fusionan en un patrón que sugiere movimiento.]


Lola Álvarez Bravo

Mexicana, 1903–1993

El sueño de los ahogados, hacia 1945

Impresión sobre gelatina de plata, impresión offset y tinta

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

El sueño de los ahogados combina fragmentos de las fotografías de Álvarez Bravo, incluyendo el rostro flotante del pintor Juan Soriano y bailarines del Ballet Folklórico de México. Separando las imágenes de sus contextos originales, Álvarez Bravo yuxtapuso elementos reales y fantásticos, una cualidad compartida por el surrealismo y Lo real maravilloso.

[Descripción del arte: En este surrealista montaje fotográfico, 12 mujeres vestidas de bailarinas con corpiños manchados y faldas de tul completo se colocan en distintas alturas en una playa de arena que bordea el agua tranquila. Las dos mujeres en el extremo izquierdo hacen gestos a una mujer que está sobre una alta y precaria pila de madera. Otras dos mujeres la flanquean del otro lado. Tres mujeres más están en el extremo derecho, sobre una estructura de madera con una abertura en forma de cueva. En primer plano, las mujeres se colocan en una larga ramificación en el agua. La cabeza sin cuerpo de un hombre flota en el agua en la esquina extrema derecha. Un cielo lleno de nubes completa la fotografía.]


Miguel Covarrubias

Mexicano, 1904–1957

Lindy Hop

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

[Descripción del arte: Esta litografía en blanco y negro muestra varias parejas de piel oscura bailando. Una de ellas, posicionada al centro del lado derecho, domina el primer plano. El cuerpo de la elegante figura masculina, vestido de negro, está sinuosamente inclinado con el brazo levantado, la espalda curva y las caderas y la parte trasera sobresaliendo. Su pierna delantera es recta, mientras que la pierna trasera tiene la rodilla doblada y parcialmente oscurecida por su pareja. Los pies se curvan entre sí como paréntesis y terminan en dedos puntiagudos. Su rostro está oscurecido por el brazo levantado de su compañera, a quien rodea con su brazo. A ella se la ve de perfil con un gorro blanco y rasgos faciales que apenas se distinguen, excepto por el perfil de nariz curva y labios separados. Lleva un vestido blanco de tejido suave y sin mangas, con cuello redondo, ajustado al cuerpo, con una falda que abraza su parte trasera y luego se desliza en pliegues ondulados, reflejando el movimiento. Al igual que su compañero, tiene una pierna doblada mientras que la otra es recta y su cuerpo se curva hacia el de él. Un extenso sombreado a rayas abarca tanto las figuras como el fondo. Un círculo blanco brilla en la esquina superior izquierda en medio de un fondo oscuro. Las tablas verticales del piso anclan a los bailarines y transitan de la oscuridad a la luz entre las sombras del resto de las figuras. Otras cinco parejas bailan detrás de la pareja principal, a ambos lados, en tamaños escalados y diferentes poses. Algunos están muy juntos, otros separados y sus brazos y piernas están en varias posiciones, todos mostrando una gran cantidad de ritmo. ]


Miguel Covarrubias

Mexicano, 1904–1957

Retrato de Diego Rivera, hacia 1920

Tinta y acuarela sobre papel

La Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Rufino Tamayo

Mexicano, 1899–1991

El comensal, 1938

Óleo sobre lienzo

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

Muchas de las obras de Tamayo representan escenas de la vida cotidiana, pero ambientadas frecuentemente en un espacio onírico. La perspectiva comprimida y las proporciones manipuladas de esta pintura sugieren un estado psicológico ansioso, que refleja las tensiones de la vida moderna.

Como joven artista, Miguel Covarrubias fue famoso por sus caricaturas, que fueron impresas en diversas publicaciones y revistas literarias de la Ciudad de México. Como dibujante, conoció a muchas de las principales figuras del mundo del arte Mexicano, incluido Rivera, satirizado en este retrato.


Rufino Tamayo

Mexicano, 1899–1991

Retrato de Cantinflas, 1948

Óleo sobre lienzo

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

Cantinflas era conocido como un personaje entrañable y sin dinero que usaba su agudo ingenio y humor para salir de sus enredos. Se convirtió en un símbolo icónico de la clase obrera mexicana gracias al actor cómico Mario Moreno, quien lo interpretó en muchas películas producidas por Jacques Gelman. Aquí, Tamayo retrata a Cantinflas en un set de filmación, rodeado de técnicos y equipo.


María Izquierdo

Mexicana, 1902–1955

Novia de Papantla, 1944

Óleo sobre lienzo

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte Mexicano del siglo 20 y Fundación Vergel

Esta novia de Papantla, una región del estado de Veracruz, viste un quexquémitl blanco, un velo blanco largo y un tocado floral. Para Izquierdo y Kahlo, vestir ropa tradicional era parte de su compromiso con la mexicanidad, una identidad política populista que celebraba las culturas y tradiciones indígenas de México como la base de la nación moderna.


María Izquierdo

Mexicana, 1902–1955

Escena de circo con gitano, 1940

Guache sobre papel

La Fundación Vergel

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