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Vistas Cambiantes

En las décadas de 1920 y 1930, fotógrafos de las Américas y Europa intercambiaron ideas y métodos con artistas de México. Cabe destacar que el fotógrafo estadounidense Edward Weston siguió a su pareja sentimental, la fotógrafa italiana Tina Modotti, a la Ciudad de México, donde establecieron un estudio y se convirtieron en parte de un amplio círculo artístico. La fotografía de finales del siglo XIX cumplía en su mayoría funciones comerciales o documentales. En cambio, las imágenes modernistas se centraron en la visión del artista y la captura de la forma. Los sellos distintivos de este estilo de fotografía son la abstracción, la geometría, la asimetría, los contrastes fuertes y el enfoque nítido. Las escenas cotidianas eran comunmente elegidas como temas y capturaban aspectos únicos de la vida en el México urbano y rural.


Manuel Álvarez Bravo

Mexicano, 1902–2002

Escalera grande, 1932

Impresión sobre platino

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Manuel Álvarez Bravo

Mexicano, 1902–2002

Una mano que da, 1940

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

Aquí, Álvarez Bravo, quien experimentó con nuevas técnicas fotográficas y tecnología, utilizó una máquina de rayos X para capturar la estructura esquelética de una mano que ofrecía una pequeña flor. Álvarez Bravo exploró el tema de la visión humana y cómo los rayos X hacen que lo que hay dentro del cuerpo sea visible a simple vista.


Manuel Álvarez Bravo

Mexicano, 1902–2002

Instrumental, 1931

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Manuel Álvarez Bravo

Mexicano, 1902–2002

Cactus de tubos de órgano, 1929–30   

Impresión sobre platino

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

Las fotografías de Manuel Álvarez Bravo enfatizan la sensualidad visual y la pureza de la forma presentes en los objetos cotidianos y en la arquitectura monumental de la Ciudad de México. Influenciado por los fotógrafos Edward Weston y Tina Modotti, quienes fueron a México en 1923, Bravo buscó objetos mundanos como un colchón enrollado, una escalera o un cactus y se centró en sus cualidades formales en lugar de su función.


Manuel Álvarez Bravo

Mexicano, 1902–2002

Colchón (negativo), 1927

Impresión sobre platino

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

[Descripción del arte: A primera vista, esta fotografía asemeja un remolino, con líneas en espiral creando círculos cada vez más amplios en color blanco, negro y tonalidades grises. Es un plano a detalle de un colchón de tela, fotografiado en un ángulo picado. La cámara se acerca tanto al colchón que nos impide ver la dimensión del mismo, aunque podemos deducir su grosor, menor a una pulgada, más parecido al que encontraríamos en una celda de prisión que al colchón de nuestra cama. A unas pulgadas bajo la parte superior de la fotografía, equidistante a la izquierda y derecha de la fotografía vemos un borde del colchón, enrollado fuertemente en un círculo. Un círculo ligeramente más holgado, cuyo extremo superior es cortado por la parte superior de la imagen, encierra el primer círculo y llena gran parte del centro de la imagen. Los bordes de la tela se arrugan en ella y hacia el círculo interno. Luego el colchón se enrolla bruscamente hacia abajo, en un punto medio entre el borde izquierdo y derecho de la fotografía y varias pulgadas por encima del límite inferior de la imagen; es recortado por la parte inferior de la fotografía. La tela de lienzo (aquella tela tejida rígidamente que cubre el colchón) luce un estampado a rayas. Las rayas fluyen desde la parte superior del colchón hasta la inferior, pero debido al ángulo en que observamos al colchón parece que se mueven de manera horizontal a lo largo de la imagen. Del extremo exterior del colchón se desenvuelve una fina línea en gris pálido delineada de negro, seguida de una línea blanca muy delgada; juntas, las tres líneas miden a lo ancho menos de media pulgada. A la sucesión de estas, se extiende una línea de ¾’’ de ancho, una línea gris de 1½” de ancho con tres finas líneas gris oscuro acercándose hacia su centro, otra línea negra de ¾” , otra muy delgada color blanco, una color negra y así sucesivamente. Por naturaleza, las líneas y círculos tienen un efecto rítmico y dinámico, transformando este objeto inanimado en un remolino de contrastes.]


Guillermo Kahlo

Padre de Frida Kahlo, Guillermo Kahlo, fue un fotógrafo consumado que trabajó para el gobierno mexicano documentando los principales referentes arquitectónicos. En estas fotografías, adoptó la estética modernista de líneas limpias y la repetición de formas en imágenes que enfatizan las capas de la historia en México. Se construyeron edificios coloniales y modernos en espacios sagrados indígenas. La Catedral Metropolitana de la Asunción de la Santísima Virgen María fue construida con las ruinas y en el sitio del Templo Mayor Azteca.


Guillermo Kahlo

Alemán, 1871—1941

Campanario, hacia la década de 1920

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Guillermo Kahlo

Alemán, 1871–1941

Sin título, hacia la década de 1920

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Guillermo Kahlo

Alemán, 1871–1941

Puebla, hacia la década de 1920

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Guillermo Kahlo

Alemán, 1871–1941

Órgano antiguo de la Catedral de México, hacia la década de 1920

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Guillermo Kahlo

Alemán, 1871–1941

Tepotzotlán (interior del convento), hacia la década de 1920

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Guillermo Kahlo

Alemán, 1871–1941

Tepotzotlán (salón del convento), hacia la década de 1920

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Guillermo Kahlo

Alemán, 1871–1941

Catedral de México (detalle de la sillería del coro), hacia la década de 1920

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Guillermo Kahlo

Alemán, 1871–1941

Catedral de México, sillería del coro, hacia la década de 1920

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Lola Álvarez Bravo

Mexicana, 1903–1993

Desnudo (Juan Soriano), 1945

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel


Lola Álvarez Bravo

Mexicana, 1903–1993

Ruth Rivera Marín (Chachalacas, Ver.), hacia 1950

Impresión sobre gelatina de plata

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

Los retratos de Álvarez Bravo a menudo exploran los límites entre revelar y ocultar a sus sujetos, utilizando reflejos o vistas a través del follaje para describir cómo nuestra semejanza física muestra y oculta nuestro ser interior. En este retrato, Ruth Rivera Marín yace estirada sobre un trozo de madera a la deriva, su cuerpo moldeado a sus contornos y su cabello extendido, lo que hace que se convierta en parte del entorno natural. Rivera Marín era arquitecta e hija de Diego Rivera y Guadalupe Marín.


Nickolas Muray

Estadounidense, nacido en Hungría, 1892–1965

Frida con figura olmeca, 1938

Impresión en carbón

Throckmorton Fine Art, Nueva York

En este retrato íntimo realizado por su amigo y amante Nickolas Muray, Kahlo contempla una antigua estatuilla de jade olmeca. La cultura olmeca fue una de las primeras civilizaciones conocidas en México. Kahlo y Rivera coleccionaron ávidamente artefactos antiguos como parte de su identidad política y artística, promoviendo la mexicanidad.


Fritz Henle

Alemán, 1909–1993

Frida frente a su estudio con mono, Coyoacán, 1943

Impresión sobre gelatina de plata

Throckmorton Fine Art, Nueva York


Frida Kahlo

Mexicana, 1907–1954

Autorretrato con monos, 1943

Óleo sobre lienzo

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

Aquí Kahlo se retrata rodeada de naturaleza y vestida con un huipil, una blusa usada por mujeres indígenas. El símbolo rojo en su prenda se asemeja al glifo “Ollin”, que significa terremoto o movimiento perpetuo en náhuatl, un idioma indígena hablado extensamente. Los monos también están representados en el arte Mexicano antiguo, otra conexión que la artista hace con el pasado lejano en esta obra.

[Descripción del arte: Frida se ilustra desde la cintura frente a una jungla de hojas tropicales de color verde grisáceo. Cuatro monos negros comparten la escena. La flor ave de paraíso, con un color naranja vibrante, con pétalos azules, grisáceos y verdes, se encuentra detrás de la artista, a su derecha. Su rostro está volteado hacia la izquierda, lo que solo nos permite ver su oreja derecha. Ella dirige su mirada ligeramente hacia la derecha. Sus ojos son de un profundo color café y sus pupilas, negras. Unas pobladas cejas se pronuncian sobre su mirada, uniéndose mientras dibujan dos arcos. Las cejas se tornan ligeras en el centro. Su nariz se extiende hacia un extremo redondeado. Hay un ligero trazo de vello sobre sus labios rojos que muestran una expresión neutral. Su cabello negro se sujeta fuertemente hacia atrás, separado a la mitad del rostro. Parece estar seccionado y trenzado a manera de corona tras su cabeza. Una gruesa sección de cabello o quizás una banda ancha decora la coronilla de su cabeza. La parte más brillante de la flor comienza junto a su cabello trenzado, curvándose hasta llegar a la parte superior, detrás de su cabeza. La artista viste una blusa blanca de mangas cortas. El cuello de la prenda asemeja un corazón, delineado con un collar trenzado en rojo. El extremo del collar llega justo arriba del busto. Observamos una trenza horizontal con una borla al extremo derecho. Bajo esta, se trenza un cuadro rojo más delgado. Dentro del cuadro se despliega una flor roja de cuatro pétalos en un fondo blanco. Se traza una línea roja desde cada pétalo hacia cada esquina del cuadro. Los cuatro monos son de color negro con ojos negros, grandes, vivos y redondos. Los ojos, fosas nasales, orejas y bocas son delineados con un pelaje gris claro. Dos de los monos se ocultan tras las hojas, por lo que apenas podemos ver sus caras. Uno de ellos está detrás y ligeramente arriba del hombro derecho de la artista, colgado de una hoja con su mano derecha y con su boca dibuja una “O” perfecta. El otro mono está atrás, en la parte izquierda superior de Frida. Su boca se aplana en una línea con un leve ceño fruncido. Los otros dos monos están cerca y muestran su pecho blanco. Ambos tienen la boca en una línea recta. Uno está justo detrás de Frida, a su lado izquierdo, con la cabeza al mismo nivel que la mejilla de la artista. La criatura oculta su brazo derecho detrás de Frida, mientras el brazo izquierdo se cuelga a ella desde el hombro y su cola se enrolla en el brazo izquierdo de la artista. El mono más cercano está sentado en el antebrazo derecho de Frida. Tiene el rabo cerca del codo de ella, con sus patas cercanas a la muñeca de la artista. Su cola se cuelga al brazo de Frida, desapareciendo del cuadro por la parte inferior. El brazo izquierdo de este mono rodea el cuello de la artista y la mano derecha toca el collar que cae sobre la blusa. El mono sentado tiene un pelaje sedoso, mientras los otros tres tienen pelo erizado en la cabeza. Todos los monos ven hacia adelante, excepto aquel que se encuentra sentado, viendo hacia su izquierda.]


Diego Rivera

Mexicano, 1886–1957

Paisaje con cactus, 1931

Óleo sobre lienzo

Colección Jacques y Natasha Gelman de arte mexicano del siglo XX y Fundación Vergel

Rivera frecuentemente pintaba paisajes salpicados de cactus. Pintó las plantas con cualidades humanas, y a su vez, estas parecen figuras bailando a través del desierto. Al elegir pintar el cactus, un símbolo de la nación mexicana, Rivera conectó el paisaje con ideas de independencia: la bandera nacional presenta un cactus y un águila sosteniendo una serpiente en su pico.

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